Un domingo a la italiana, fue el inicio de la semana de la moda en Paris de la Alta Costura, los salones del Ritz se vistieron de gala y fueron testigos de los nuevos aires que acompañan a Donatella y su Versace en su regreso a la Alta Costura.
Curiosamente mientras la casa de moda vuelve a brillar con fuerza, el hotel comienza a apagarse. Sí, el gran Ritz cierra sus puertas pero lo hace de una manera fastuosa.
Veo la pasarela de Versace y lo que observo son una gran escuela de Gianni, es imposible no pensar en él, al ver esos vestidos con grandes vuelos y colores fuertes, mezclados y electrizantes.
Aplausos para Donatella que se reinventa en cada temporada pero que sigue fiel a sus raíces, que crea mágicos vestidos llenos de vida propia y movimientos elegantes, que vive y revive a la familia italiana.
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